LA EPÍSTOLA UNIVERSAL DE Salutación 1 1Judas,a [a a 1: Mt. 13.55; Mr. 6.3.] siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo: 2Misericordia y paz y amor os sean multiplicados. (2 P. 2.1–17) 5Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto,b [b b 5: Ex. 12.51.] después destruyó a los que no creyeron.c [c c 5: Nm. 14.29–30.] 6Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; 7como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.d [d d 7: Gn. 19.1–24.] 8No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. 9Pero cuando el arcángel Miguele [e e 9: Dn. 10.13, 21; 12.1; Ap. 12.7.] contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés,f [f f 9: Dt. 34.6.] no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.g [g g 9: Zac. 3.2.] 10Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. 11¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín,h [h h 11: Gn. 4.3–8.] y se lanzaron por lucro en el error de Balaam,i [i i 11: Nm. 22.1–35.] y perecieron en la contradicción de Coré.j [j j 11: Nm. 16.1–35.] 12Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; 13fieras ondas del mar, que espuman su propia verg:uenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. 14De éstos también profetizó Enoc,k [k k 14: Gn. 5.21–24.] séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, 15para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. 16Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
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